El hígado dañado es una de las causas más importantes de una posible aparición de cáncer y según estudios llevados a cabo por investigadores, se ha llegado a la conclusión que en el caso de reducirse las proteínas CPEB, reguladoras de la actividad genética, se daría con una prevención de que las células cancerígenas se alojen en el hígado.
Cómo evitar la aparición del cáncer de higado
Existen unas proteínas denominadas CEPB que son las encargadas de regular una gran cantidad de genes de nuestro organismo.
Un investigador del Institut de Recerca Biomédica de Barcelona, llamado Raúl Méndez, llegó a la conclusión de que estas proteínas reguladoras pueden llegar a un estadio de funcionamiento desmedido en las personas que poseen cáncer de páncreas, por lo que allí comenzaron los estudios acerca de la inferencia de los CPEB en esta afección.
La investigación de este científico determinó en primera instancia el carácter positivo de esta proteína denominada CPEB, que es la de tener el poder para resolver determinadas afecciones hepáticas, por ejemplo, reduciendo la inflamación que se produce debido a la ingesta desmedida de comidas demasiado calóricas.
El conflicto llega cuando estas proteínas tienen un trabajo continuo y desmedido en el organismo, dejando de ser beneficiosas y pasando a contribuir en problemas mayores dentro de nuestro sistema digestivo.
Esto sucede de dos maneras diferentes, cuando ya se tiene un cuadro de cirrosis o cuando la ingesta de alimentos hipercalóricos es constante.
En ambos casos, la reparación del hígado nunca llega a darse y estas proteínas que antes eran beneficiosas pasan a tener una actividad constante que puede inferir tanto en el origen como en el desarrollo de tumores.
¿Cómo sigue esta investigación?
Haber dado con que esta molécula que contribuye a la regulación de nuestro sistema digestivo, puede llegar a convertirse en un elemento perjudicial y causal de cáncer es en sí mismo un avance, que le sirve al grupo de investigadores liderado por Méndez como puntapié para desarrollar una nueva investigación mediante la cual se compruebe esta hipótesis mediante la realización de diferentes experimentos.
Uno de los pasos a seguir es la disgregación de los diferentes tipos de proteínas CPEB, para saber cuál es el papel fundamental en el organismo de cada una de ellas, mediante experimentos en los que se inocule cada uno de este tipo de partículas en ratones de laboratorio.
La comparación de estos experimentos con estudios de pacientes que presentan diferentes estados en el hígado, que van desde un órgano completamente sano a otros con problemas de cirrosis, de afecciones relacionadas a los malos hábitos alimenticios, o de aquellos que ya presentan un cáncer, para llegar a la comprobación de la hipótesis.
¿Cuál es el objetivo?
- Estos experimentos tienen como objetivo principal encontrar el comportamiento de cada una de estas proteínas CPEB, para entender la forma en la que estos tienen inferencia directa en el crecimiento de cánceres.
- Una vez comprendida la forma en la que estos reguladores pueden ser nocivos, se deberán desarrollar o llegar a los fármacos necesarios para inhibir estas partículas.
- Un desarrollo farmacológico adecuado en forma de tratamientos, puede ser la forma acertada de tratar con efectividad o incluso de prevenir el cáncer de hígado.
- Por lo tanto, este es un hallazgo muy importante y una iniciativa que da lugar a nuevos experimentos y desarrollos para llegar a la prevención o la reducción de una enfermedad que hasta el momento tiene una tasa de mortandad muy grande.
Avances en la prevención del cáncer de hígado
Desde luego que el hallazgo de la excesiva presencia de esa proteína, significa uno de los avances más recientes en esta materia. Pero es constante el estudio científico y la aplicación de métodos para detectar o tratar estas afecciones.
En materia de prevención, los científicos creen que mediante las vacunas que se utilizan para los tratamientos relacionados con la hepatitis, se puede llegar a reducir en un 50 por ciento los casos de este tipo de cáncer que se registran.
Estas investigaciones al respecto también han dado con una mayor efectividad en los tratamientos para estas afecciones hepáticas, como ser la hepatitis crónica y la hepatitis C.
En lo concerniente a la detección de la enfermedad, se ha avanzado hacia nuevos tipos de estudios sanguíneos que vendrían a reemplazar a pruebas anteriores como la ecografía y la AFP, debido a que pueden tener mayor efectividad en la detección de manera temprana de un cáncer de hígado.
Se está implementado de igual manera el uso de otros tipos de diagnóstico por imágenes, como ser la resonancia magnética o la tomografía computada, que también serían más efectivas que la prueba ecográfica.
En lo concerniente a los tratamientos y farmacología, en la actualidad se prueban medicamentos innovadores que vendrían a reemplazar a la tradicional quimioterapia. Este tratamiento se denomina terapia dirigida y consiste en la personalización de los procedimientos teniendo en cuenta los problemas específicos que se presentan en cada paciente.
Los nuevos medicamentos mencionados anteriormente se focalizan en la inhibición de los vasos sanguíneos, que el hígado necesita para agudizar el crecimiento de los tumores.
Llegar a evitar la aparición del cáncer en un hígado dañado parece ser el objetivo principal de los profesionales e investigadores dedicados al sistema digestivo. Estos estudios innovadores son la esperanza de una mejor calidad de vida para las personas.