Seis principios generales, a la hora de ir bien vestido, que debes tener en cuenta si quieres causar una buena impresión con tu traje a medida perfecto:
1. Ten cuidado con la ropa que llama la atención
El hombre bien vestido nunca debe cruzar la línea del exhibicionismo, es un crimen capital cometido por algunos hombres y va totalmente en contra del buen gusto.
2. Busca la combinación correcta en cada momento
Ropa deportiva, ropa de trabajo, ropa de cóctel o para ir a una cena. Por definición, cada una de las prendas tiene sus momentos para ser utilizada. La elegancia en una asamblea de accionistas puede resultar excesiva o vestir una chaqueta de tweed en una reunión de ceremonia puede dar lugar a que, sutilmente, (y a veces no tan sutil) sea visto como un caso de exhibicionismo.
Vestir utilizando una combinación correcta implica la aceptación de la vida social y sus convenciones básicas. Tu toque personal puede transformar una prenda más bien sobria, mediante una expresión de personalidad, procurando siempre no exceder los límites pues se podría convertir en gesto agresivo y en ningún momento queremos eso (a menos que estés buscando un conjunto en concreto con el que ya sabes de antemano que podrás marcar la diferencia sin problemas).
3. Elige los conjuntos adecuados
La ropa que vistes no debe ser ni demasiado vieja ni demasiado nueva. Lo deseable es una integración armoniosa entre el buen aspecto de la ropa bien cuidada y el confort de un traje que te va perfectamente ajustado al cuerpo, aunque este no sea recién estrenado.
Los accesorios son bienvenidos y, a la vez, necesarios. No obstante, estos deben ir acorde con la ropa que vistes de forma que se correspondan también con la ocasión en la que decides lucirlos.
Algunos ejemplos: los zapatos, si son para vestir por la noche, deben ser oscuros. La camisa blanca no debe utilizarse antes de las 18:00h de la tarde. No utilices la corbata a rayas para conjuntar con camisas a rayas. Ambos deben ir en armonía con el traje, los calcetines con los zapatos, todos los accesorios con las prendas principales, las cuales son el pantalón y la chaqueta.
4. El hombre elegante conoce las nuevas tendencias
El hombre elegante de hoy en día es buen conocedor de las nuevas tendencias aunque no siempre está firmemente unido a la vanguardia de la moda. No suele ser el primero en comprar el traje para hombre en una boda, tanto si es el novio como si asiste como invitado. Siempre suele esperar hasta el último momento, cuando ya se acerca la fecha señalada.
La ropa es sólo uno de los muchos factores que influyen a la hora de sentir una sensación agradable que conseguirás transmitir a los que estén a tu alrededor. No obstante, ten en cuenta que tu físico y tu estado de son también factores que influyen igual o más que la ropa que vistes.
5. Una buena presencia es garantía de éxito
Esto significa que debes vestir con un traje sin arrugas, pero no excesivamente planchado.
Los zapatos deben estar perfectamente limpios. Unos zapatos impecables son siempre una seña de pulcritud y elegancia.
Es importante que luzca la camisa debidamente planchada y con un corte perfecto, limpio, liso y sin arrugas. Los calcetines deben ir a la altura justa, sin mostrar pierna al descubierto, incluso cuando vaya a sentarse con las piernas cruzadas.
La ropa debe acompañarse con un hombre cuidadosamente afeitado y con una agradable presencia. La suciedad y un aspecto desaliñado son malos compañeros de viaje para el hombre elegante.
Sin embargo, para lograr un buen look con su ropa debe tener en cuenta que es necesaria, a ser posible, una buena rotación de trajes hechos a medida. Utilizar una misma prenda muy a menudo puede perjudicar a la tela y el aspecto general de su traje; Los mismo sucede con los zapatos, el uso constante del mismo par de zapatos tiende a deformarlos más rápido.
6. No consideres, por encima de todo, que el vestuario es una forma de competir
Hay personas inconformistas natas, ya sea por su constitución física, ya sea por su postura, o por el hecho de que requieren un cuidado excepcional.
El propósito de vestir bien consiste en mostrar una buena presencia, una presencia agradable. Para los hombres bien vestidos la ropa es un medio y no un fin, por lo tanto, desde un cierto punto de vista, los límites de cada uno deben ser juzgados por sus posibilidades reales y no por lo que viste el de al lado.
Conocer los recursos propios y saber aceptar las propias limitaciones es una buena filosofía de vida y también una buena forma de disfrutar de la moda. La tranquilidad interior da lugar a un aspecto armonioso, discreto, elegante (en el mejor sentido de la palabra), la sensación, en definitiva, a la que aspira cada hombre que está a gusto con su forma de vestir.
Más información en este video sobre trajes hechos a medida en Youtube.