Mucho se ha discutido recientemente sobre la calidad y las características propias de los relatos eróticos, sobre todo a raíz de la divulgación reciente de una serie de novelas que en primera instancia parecen ser representativas del género.
Al margen de las consideraciones éticas o morales que el tema despierta, el debate se centra obviamente en la posible transgresión de esa delgada línea que separa lo erótico de lo pornográfico. donde se utiliza ropa fetish, artilugios eróticos etc…
Pero, en donde está regulada esa normativa que nos permite clasificar textos con alto contenido sexual como relatos eróticos o simplemente como pornografía de discutible calidad?. Pues bien, si de eso se trata podemos aportar algunos tips que nos permitirán en forma muy subjetiva, entender la diferencia entre uno y otro producto.
1.- EL ARGUMENTO: En los relatos eróticos, si en verdad fue ese el propósito del autor, encontramos un argumento coherente, en el cual las escenas sexuales sin duda forman parte fundamental e integral de la historia, sin que lleguen a ser lo único que compone la obra. El papel del sexo en los buenos relatos eróticos es el mismo que cumple el suspenso en la novela negra, esto es despertar el interés del lector en forma adecuada llegando a unos puntos de clímax, para luego descender a aguas más tranquilas.
2.- EL LENGUAJE: Los términos en que menciona un buen autor de relatos eróticos, las partes del cuerpo humano, sobre todo los genitales, dista mucho de la utilizada por aquel que solo pretende producir una obra pornográfica. Definitivamente, expresiones como “la polla”, “la concha”, “el culo” y otras por el estilo están proscritas si lo que se quiere es escribir relatos eróticos.
3.- LOS FETICHES: Aunque para el escritor de relatos eróticos resulte un recurso fácil, no es conveniente caer en los fetiches que finalmente solo lo llevaran a producir una obra de baja calidad y que puede ser calificada como pornográfica. Cuando nos referimos a fetiches, hablamos de que nuestro personaje femenino no necesariamente debe tener senos grandes y un trasero descomunal, o nuestro personaje masculino estar dotado de un miembro viril de proporciones gigantescas. Tampoco es necesario que ella sea enfermera y él sea bombero.
4.- CREDIBILIDAD: Una cosa es la fantasía y otra es la exageración. Es probable que para un autor que se dedique al género de los relatos eróticos, resulte atractiva la idea de plasmar en su obra una escena en donde un hombre y una mujer que apenas han cruzado un saludo, en forma intempestiva inician un acto sexual desbocado y violento y que finalmente resulta que la chica no trae ropa interior y lo que es peor, que esta es su primera vez, es claro que por más comercial que este recurso pueda ser, definitivamente pertenece a una obra pornográfica y no al producto de un aceptable autor de relatos eróticos.
El debate es abierto y extenso. Sin embargo y finalmente creemos que estos conceptos que expresamos en este texto, como otros muchos que se escriban en forma posterior son de carácter subjetivo, ya que en el sexo, real o escrito, nadie tiene la palabra final.