A través de los siglos, España ha acumulado innumerables tesoros artísticos y arquitectónicos a lo largo y ancho del país, que van desde capillas románicas diminutas, catedrales góticas nobles e iglesias barrocas exuberantes de imponentes monumentos hispano-morisco, imponentes castillos, magníficos cuadros y excepcionales esculturas.
Historia de los tesoros culturales de España
Habitantes prehistóricos de la península Ibérica han dejado algunos ejemplos sobresalientes de su arte. Los más antiguos son del Paleolítico Superior (40.000 a 10.000 a.C.) pinturas rupestres de Cantabria (Altamira y Puente Viesgo), Asturias (El Pindal, Ribadesella y San Román) y la región de Levante (Cogull y Alpera).
Monumentos megalíticos como los famosos dólmenes de Antequera se erigieron durante la era neolítica (7 500-2 500 a.C.), o Nueva Edad de Piedra, mientras que en las Islas Baleares monumentos de piedra extraña conocidas como talayots y navetas fueron construidas por un pueblo en la Edad de Bronce (2.500 – 1.000 a.C.).
Muchos de los tesoros culturales de España tienen su origen antes de Cristo cuando civilizaciones ibéricas producían oro y plata (tesoro del Carambolo en el Museo Arqueológico de Sevilla). Algunos de sus trabajos, como los leones Córdoba, los toros de Guisando y, en el Museo Arqueológico de Madrid, la Dama de Baza y la Dama de Elche, son de un muy alto nivel.
Mientras tanto, fenicia, cartaginesa y, a su vez colonizadores griegos introdujeron su arte nativo como sarcófagos fenicios en Cádiz, el arte púnica en Ibiza y el arte griego en Empúries aumentando así los tesoros culturales de España.
Además de carreteras, puentes, acueductos, ciudades y monumentos, legados romanos incluyen el teatro de Mérida, los antiguos pueblos de Itálica y Empúries, y el acueducto de Segovia y Tarragona el arco triunfal.
Construcciones y tesoros culturales de España
Visigodos cristianos construyeron pequeñas iglesias de piedra (Quintanilla de las Viñas, San Pedro de la Nave) adornadas con frisos tallados en patrones geométricos con motivos vegetales. El plan del ábside era cuadrado y fueron en forma de herradura de los arcos a menudo.
Los visigodos eran de oro excepcional, plateros que hicieron suntuosas joyas en las tradiciones bizantinas y germánicas. Coronas votivas de oro del tesoro de Guarrazar en Toledo, fíbulas y hebillas de cinturón adornado con piedras preciosas o esmalte cloisonné se presentaron a las iglesias o fueron colocados en las tumbas de los grandes.
Los tres principales periodos de la arquitectura hispano-morisca corresponden a los reinados de las dinastías árabes sucesivas sobre los territorios musulmanes celebrados en la península.
Tiempo después en Córdoba, aparecen tres tipos de construcción: mezquitas, construidas a un plan sencillo que consiste en un minarete, un patio con una piscina para abluciones rituales y, finalmente, una sala de oración cuadrada con un mihrab.
Construidos alrededor de patios atractivos y rodeados de jardines y fuentes; y alcazabas (fortalezas del castillo), construidas en un terreno elevado y rodeado de varios muros coronados de almenas puntiagudas, uno de los mejores ejemplos de éstos se pueden encontrar en Málaga son otros de los invaluables tesoros culturales de España.